Por Eloy Jauregui

Del terrorismo de Abimael pasando por el de Bin Laden y al que practican hoy ciertos economistas, analistas y periodistas, hay un suspiro. Entiendo a los últimos, son de derecha y este Perú es su paraíso. “Si pierden los fujimontesinistas fugará el gran capital extranjero”, “caerá la bolsa”, “el dólar se disparará”, “Eisha se llenará de cholos”, gritan histéricos los de la Universidad del Pacífico. Luego, los analistas tienen tribuna en Perú 21, Frecuencia Latina y RPP para tramar la amnistía del expresidente asesino y ladrón. Así, el periodista Rospigliosi sufre de excitación sofocada. De Althaus alza la voz: “Sigana Humala habrá empoderamiento de radicales como los del sur de Puno de hoy, que se sentirán con respaldo político para exigir la expulsión de la minería o de cualquier inversión foránea”. Paredes Castro exige al líder de Gana Perú que responda si reconocerá los resultados electorales porque su organización: “Se ha quedado en la celebración de la primera vuelta y busca culpar de su suerte a todo el que se cruce en su camino, incluidos los indecisos a los que cinco planes de gobierno no logran convencer”. Y en el colmo de la oligofrenia, Aldo Mariátegui dice que a la “PUCP, la madre del actual caviar-humalismo, le deberían cambiar el nombre a Pura Universidad de la Cojudez del Perú”.

Eso es terrorismo, señora, no el de las bombas, el de los conceptos mediáticos. No obstante, en el editorial de El Comercio (27/05/2011) se lee: “Coincidimos con los obispos (Conferencia Episcopal Peruana) cuando piden a los periodistas y a los medios de comunicación que informen con la máxima responsabilidad, diferenciando su propia opinión de la objetividad de la información (…) Ejercer una irrestricta libertad de expresión, pero con imparcialidad y transparencia, buscando la verdad, la justicia y el bien común (…) Hay que votar con convicción y responsabilidad. Es hora de pensar en el desarrollo democrático de nuestro país y no en intereses individuales o grupales”. Bien por ellos, los de sotana. Mal los del “decano”. Su tufo es del más puro aerosol de prostíbulo.

De monseñor Cipriani hago mutis –detesto a los fascistas del credo- y de Rafael Rey no hablo por higiene. Según Hildebrandt, el breve, “Keiko literalmente está rodeada de talibanes: Rey, Martha Chávez, Luisa María Cuculiza, Víctor Robles Sosa, Sergio Tapia, etc”. Capítulo aparte es el papel que juega Fritz Du Bois, director de Perú 21 (cómo extraño al buen periódico que fue con Álvarez Rodrich) quien remata su cancamusa sobre “Madre mía”: “… mientras que los peruanos estamos a punto de elegir como mandatario a alguien que arrastra escandalosos fantasmas de su pasado”. O sea. El busquilla ha quedado como una zapatilla. ¿Y Bayly? Ése es un siniestro mercenario.

Jode hacer periodismo de periodistas. Más friega saber que este 2011 algunos periodistas retornaron a 1990 cuando se inmolaron entre sollozos: “Si gana Fujimori nos vamos del país”. Increíble. Se quedaron. Y ya pasó 21 años, y como Lúcar, reciclados, siguen operando a favor de una derecha inepta y antipatriota.